Placa imprescindible en la discografía del rock nacional, suma del inaugural Manganzoides (1998) y el segundo Más Dosis!!! (1999). Sobran los elogios (en clave de insultos), brindis sacarroncha y salvajes pogos (con azuzador cantante incluido) en honor a este disco, quedando sólo, por parte de quien escribe, recomendar todas las canciones y subrayar en especial Tren Fantasma (o el sonido de una carroza infernal...así debe sonar!), Amor Reptil (de cuando el amor raspa como una lija y causa placer), No Soy Como Los Demás (contundente cover, brutalmente conmovedor), Mujer Boa (declaración de principios N°1 o sobredosis de ayahuasca+garage-rock+"afectuoso" recuerdo amazónico), Musaraña (declaración de principios N°2 o relato basado en un ebrio batman tirado por alguna calle del centro), El Diablo Y Yo (declaración de principios N°3 o una propuesta nada desdeñable...), No Me Puedo Controlar (¿advertencia?¿amenaza?¿muestra de afecto?), Tsunami! (la escalofriante calma post-catástrofe), Ganímedes (onanismo de años-luz intergaláctico)...recomendación final: comprarse la última producción (El Entierro De Los Manganzoides, 2006) de estos geniales cavernícolas adictos al fuzztone.
"Esta reedición digital, que recopila los dos k-sets que habían publicado anteriormente los extraordinarios Manganzoides, es motivo de alegría... Alegría, porque se puede disponer ya, en formato digital, de la música de este sólido quinteto, cuya estética y estilo reivindicaron el sonido aural y furioso de las bandas de garage rock, que aprendieron a hacer rock sobre la marcha...una de nuestras mejores cartas y la única que rescata el legado de pioneros como Los Saicos y Los Yorks. Quienes conocemos y amamos el input brioso y crispante de la mancha de Rafo Komodo, nos sentiremos agradecidos con Dosis Completa. Se trata de una excelente placa que testimonia ese rockear intenso, minimal, abiertamente beligerante que practicaban Manganzoides, tanto en estudio como en vivo (el esférico trae una toma en vivo de "Amor Reptil")...la poética fuzztone del gigantesco guitarrista Gonzaleo, la destreza de Tito y Kobo en la batería y el bajo, respectivamente; o la gutural escala vocal de Rafo (que Humberto Landeo califica de "picapiedra stone" en el número 3 de Sub)...". (Extracto del comentario de Hákim de Merv para Decajon.com)
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